Espacio que reservamos a cualquier alumno que destaque por su actitud, su trabajo, o por algún logro que merezca ser compartido con los demás.
Ommaira Kanga Pérez
Mi formación como bailarina de ballet comenzó desde muy pequeñita.
Desde una pequeña escuela de San Lorenzo de el Escorial conseguí entrar en un conservatorio de danza en Madrid y después incluso estudié ballet en el extranjero.
Con todo este recorrido y experiencia, ya tenía casi 20 años, no fue hasta que llegué a la Escuela de ballet Carmina Ocaña y Pablo Savoye cuando realmente aprendí a trabajar de manera inteligente y adecuada para mi cuerpo.
En esta escuela se recibe una educación muy personalizada y óptima para cada estudiante.
Foto: Lisa Stonehouse
Todos tenemos cuerpos muy diferentes y con un buen trabajo todos podemos conseguir las líneas, la fuerza, el control, la flexibilidad y la coordinación necesarias para llegar a trabajar en una compañía de ballet profesional; por supuesto para ello se necesitan las herramientas adecuadas y en la escuela de Carmina y Pablo es donde yo las encontré.
Mi trayectoria personal fue muy larga y dura hasta llegar a trabajar en el Northern Ballet.
En muchas ocasiones pensé que nunca conseguiría mi sueño, por no tener el cuerpo apropiado y ser bastante mayor y no lo hubiera podido conseguir si no hubiera trabajado con estos dos grandes maestros. Ellos me motivaron y me ayudaron psicológica y físicamente para que pudiera conseguirlo, mejorando mis puntos débiles y refinando mis virtudes.
Con un estilo de danza que se mantiene al día y reúne las claves para darte una técnica clásica brillante, no me parece que haya un mejor lugar para aprender ballet clásico.
Desde 2017, Ommaira es bailarina del Northern Ballet Theatre , Reino Unido
Foto: Jesús Vallinas