Quiénes somos.
La Escuela de Ballet Carmina Ocaña y Pablo Savoye es la única en Madrid especializada en la enseñanza del Ballet Clásico desde su fundación en 1968, y en ella se han formado bailarines que forman parte de las mejores compañías de Danza del mundo. Siendo el Ballet Clásico la base esencial para el aprendizaje de cualquier técnica, no sólo se encuentran entre sus alumnos bailarines específicamente clásicos, sino también intérpretes de Danza Española, Contemporáneo, Neoclásico... o incluso estudiosos de la Danza que consideran fundamental en su formación el asentamiento de la Técnica Clásica Académica.
Para Carmina Ocaña, todo el mundo tiene derecho a recibir las mejores clases, por lo que la Escuela está abierta a todo tipo de público que quiera recibir una enseñanza de calidad, no importa cuál sea su nivel, edad o aspiración profesional. La filosofía docente de la Escuela no solo implica el aprendizaje académico, sino que los alumnos reciben desde su llegada información sobre compañías, coreógrafos, etc... de modo que están perfectamente integrados y enterados de audiciones, espectáculos y todo lo que pueda ser de su interés personal o profesional.
Para los alumnos más jóvenes, o los que no residen en sus hogares por ser de fuera de Madrid, existe un contacto permanente tanto con sus familias como con sus maestros de origen, para que puedan tener un seguimiento continuo de su evolución. Además, se les insiste en la necesidad de continuar sus estudios académicos al margen de la Danza, para lograr una formación completa del individuo antes de que abandonen la Escuela.
El nivel que corresponde a cada alumno está determinado por la enseñanza que haya recibido antes de su llegada a la Escuela, y por sus características físicas y psicológicas, nunca por el tiempo que haya estudiado o que haya permanecido en determinada clase. Todos los cambios de nivel están supeditados a la decisión del maestro y a la consulta de los padres, en el caso de los menores de edad.
Y quiero añadir que la enseñanza rigurosa del Ballet Clásico, en cualquier caso, no es incompatible con un ambiente relajado y amistoso, y que en esta Escuela además de aprender la danza, se aprende a disfrutarla como intérprete y como espectador, y a crecer como individuo y ser humano.
Pablo Savoye